5 consejos para mantener tu habitación a una temperatura agradable

Mantener la habitación a una temperatura agradable es primordial para poder conciliar el sueño más rápidamente al acostarnos. Los expertos estiman que la temperatura ideal para dormir va entre los 18 y los 21 grados algo que muchas veces nos cuesta lograr ya que en verano todas las estancias de la casa tienden a estar más calientes y, en invierno, por el contrario, más frías. 

Por eso te damos una serie de consejos para que puedas regularlo tú mism@ siguiendo una serie de pautas muy fáciles:

  1. La ventilación: tanto en verano como en invierno te conviene airear la estancia. Lo recomendable es hacerlo nada más levantarte aunque, en verano también necesitas renovar el aire cuando se pone el sol para evitar un ambiente demasiado cargado antes de acostarte. Con tan solo 10 o 15 minutos al día es suficiente para que el ambiente de tu habitación sea más adecuado.

2. La luz: ya hemos repetido en otros artículos de blog previos, lo importante que es mantener un tono de luz adecuado antes de acostarte. La luz azul (la que emiten los aparatos tecnológicos) nos estimula, engañando al cuerpo y haciéndolo creer que es de día. Por esta razón, siempre hay que apagarla (o en este caso dejar de exponernos a esta tecnología) al menos 20 o 30 minutos antes de acostarnos. Además, también provoca más calor y, por ende, un aumento de la temperatura de tu habitación que es totalmente innecesario.  

3. Una vez hayamos conseguido una temperatura agradable en la habitación, también tendremos que conseguirla mediante otros factores. En este caso, lo aconsejable es usar un buen colchón y una buena almohada que sean cómodos y que nos permitan descansar sin perjudicar nuestra rutina del sueño. ¿Qué se entiende por bueno? Realmente depende de los gustos y las comodidades de cada uno. Hay quienes prefieren materiales viscoelásticos, otros el látex, muelles o espuma.

4. Ropa de cama: es fundamental escoger un juego de sabanas que te garantice una buena calidad y por lo tanto un mejor descanso. Las sábanas bajeras, sabanas encimeras, fundas de almohada y también fundas nórdicas (en el caso del invierno) han de ser cómodas y de tejido fresco. El algodón 100% es el material por excelencia para la ropa de cama en verano sobre todo, aunque también hay combinaciones de tejidos como el lino, la microfibra o la seda.

Las sábanas de franela son perfectas para las temporadas más frías porque al ser un combinado de fibras abrigan más sin perder la suavidad.

5. Instalaciones energéticas: además de todos los consejos que te acabamos de dar, otra de las claves para que la temperatura de tu habitación esté regulada es contar con apartados de calor como un aire acondicionado o un ventilador en verano y calefacción en invierno. Para hacer un uso responsable y ecológico y sostenible de estos aparatos, lo adecuado es tenerlo en marcha siempre en horas de bajo consumo energético y durante poco tiempo.

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