Carolina Arjones es asesora de hogar y bienestar consciente. A través de su proyecto ALMADECASA ayuda a las mujeres a recuperar el control de su vida y su casa, mediante recursos para establecer nuevos hábitos saludables y rutinas eficientes, de manera eficaz.
Carolina ha pasado un fin de semana en familia en los apartamentos don algodon de Altea y ha tenido la oportunidad de vivir una experiencia totalmente inmersiva en un espacio lleno de encanto y vestido con artículos de hogar de la marca.
Belleza, organización y autocuidado
Teniendo en cuenta los tres pilares del bienestar que defiende en su web oficial y que considera imprescindibles para hacer la vida más fácil (belleza, organización y autocuidado) nos enseña una serie de pautas para convertir nuestro baño de casa en un auténtico spa.
El espacio del baño, sus funciones y usos han evolucionado enormemente a lo largo de los años; el baño ha pasado de ser un espacio relegado y alejado del hogar que se consideraba insalubre y se dedicaba única y exclusivamente a las necesidades más básicas, a convertirse en la actualidad en una de las habitaciones más ritualísticas de nuestra casa.
En el baño limpiamos, depuramos y purificamos con agua nuestro cuerpo físico. Pero, además, si lo deseamos, podemos convertirlo en nuestro pequeño oasis de intimidad y soledad y en un santuario donde disfrutar, cuidarse y relajarse. Si ponemos atención e intención en este espacio, podemos transformarlo en un spa dentro de nuestra casa. Aquí comparto contigo las claves para conseguirlo.
Las claves para transformar tu baño
1.- Integra el ritual de autocuidado en tu rutina semanal, quincenal, o mensual, pero hazlo con cierta periocidad. Inclúyelo en tu agenda, si es necesario, para hacerle el espacio que merece.
2.- Apaga el móvil y aléjate de todas las distracciones. Para convertir una rutina en un ritual placentero debes estar presente y consciente.
3.- El agua se utiliza desde las civilizaciones más antiguas como método de relajación y belleza, y para purificar el cuerpo y el espíritu. Los baños son, pues, fundamentales en cualquier ritual de cuidados, pero no es imprescindible tener bañera en casa; una ducha consciente y relajada, con contrastes de temperatura frío/caliente puede ser igual de placentera.
4.- Recrea un espacio relajante, para ello, consigue una luz tenue con velas o lámparas de sal, procura una temperatura agradable que ronde los 24 grados, enciende música suave de sonidos de la naturaleza e incluye la aromaterapia utilizando un difusor de aceites esenciales.
5.- Utiliza productos de higiene y cosmética con ingredientes naturales y, si es posible, en formato sólido como, por ejemplo, una pastilla de jabón.
6.- Cuida el sentido del tacto y el confort con textiles naturales como el algodón y el lino. Una suave toalla de algodón y un albornoz bien mullidito aportarán un extra de bienestar a la experiencia.
